Colombia
Diseñador de Yina Calderón revela los precios reales de sus vestidos y las tensiones tras bambalinas en "La casa de los famosos".
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Creativo Digital
En el universo del entretenimiento, los detalles ocultos suelen ser los que más capturan la atención del público. Y en esta ocasión, un nuevo capítulo del reality "La casa de los famosos" vuelve a estar en boca de todos, esta vez por cuenta de Yina Calderón y los vestidos que llevó al programa.
El diseñador Abel Andrade, quien trabajó con ella, fue tema central en una conversación exclusiva con Mix Radio, donde Alejandro Mastrangelo reveló el verdadero costo y las condiciones de ese acuerdo.
Según lo relatado por Alejandro Mastrangelo durante su entrevista con Mix Radio, nunca existió un contrato firmado entre Abel Andrade y la producción del reality para el suministro de los vestidos.
Aunque se habló de exclusividad y confidencialidad, la realidad es que el acuerdo fue verbal y no se concretó legalmente. Mastrangelo explicó que el contrato era demasiado restrictivo: no le permitía trabajar con otras marcas ni hablar del proceso de diseño, incluso después del programa. Por eso, Abel lo rechazó.
Durante su participación, Yina Calderón usó varios vestidos diseñados por Abel Andrade. Cada uno de estos trajes, según explicó Alejandro, costaba alrededor de 300.000 pesos colombianos.
Algunos incluso llegaron a los 600.000 pesos, dependiendo de los detalles, el tipo de tela y el trabajo artesanal requerido. Uno de los más llamativos fue el "Sombrero de la Muerte", con un costo declarado de 340.000 pesos.
Mastrangelo aclaró en Mix Radio que estos precios no representan una ganancia, sino el valor real del trabajo y materiales. "Por 300.000 pesos yo no me levanto de la cama para hacer un vestido", dijo citando las palabras del diseñador, subrayando que en muchos casos los costos superaban esa cifra y Abel terminaba asumiendo parte del gasto.
En redes sociales, Yina afirmó que Abel era un "oportunista" y que se había aprovechado del boom mediático que le generó el reality. Sin embargo, según la conversación expuesta por Alejandro en Mix Radio, ambos habrían acordado que él podría recibir exposición como forma de pago. Es decir, Yina recibiría los vestidos para el show y, a cambio, Abel tendría visibilidad para su marca.
La relación, según lo contado por Mastrangelo, fue bidireccional. "Ella me trató siempre con respeto y me dio su apoyo", comentó en nombre de Abel. No obstante, reconoció que la presión de tener que producir vestidos semanalmente con poco margen de ganancia fue excesiva.
El diseñador también defendió la calidad del trabajo de Abel frente a las críticas. Aunque algunos calificaron los vestidos de "disfraces", Alejandro argumentó que eran trajes escénicos pensados para generar impacto visual en televisión y redes, no piezas de alta costura convencional. "Estos vestidos no se ven bien terminados, pero tienen una intención clara: destacar. Y eso requiere tiempo, trabajo y creatividad", explicó durante su intervención en Mix Radio.
El caso de Yina Calderón y su diseñador refleja las tensiones entre el entretenimiento, la moda y los acuerdos comerciales informales. Detrás del brillo de los reflectores, existen horas de trabajo no pagado, acuerdos no cumplidos y una industria que a menudo subestima el valor real del diseño.
Este episodio también deja claro cómo las colaboraciones entre influenciadores y creativos pueden beneficiarse mutuamente, pero también pueden desgastarse si no se aclaran desde el principio las condiciones de trabajo y compensación.