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ChatGPT ahora transforma fotos en ilustraciones estilo Ghibli, desatando debates sobre derechos de autor, ética y sostenibilidad.
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Por: María Paula Vargas Rodríguez
Creativa Digital
El fin de semana del 29 de marzo, las redes sociales se llenaron de imágenes inspiradas en el estilo de Studio Ghibli. Los usuarios, entusiasmados, compartieron los resultados de la nueva función disponible para suscriptores Premium de ChatGPT: transformar una fotografía en una ilustración con la estética característica del famoso estudio de animación.
Aunque esta herramienta ha sido motivo de alegría para muchos, también ha generado controversia entre los artistas y el propio estudio debido a cuestiones de derechos de autor.
Hayao Miyazaki, fundador de Ghibli, ha expresado su rechazo hacia la generación de imágenes mediante inteligencia artificial. “No puedo ver esto y encontrarlo interesante. Quien haya creado esto no tiene idea de lo que es el dolor. Me siento muy a disgusto. Si realmente quieren hacer cosas horripilantes, pueden hacerlo. Yo nunca incorporaré esta tecnología en mi trabajo. Realmente siento que esto es un insulto a la vida misma”, afirmó en un video que ha circulado ampliamente en los medios.
El Estudio Ghibli, fundado en 1985 por Miyazaki, Isao Takahata y Toshio Suzuki en los suburbios de Tokio, nació con el objetivo de explorar la experiencia humana a través del arte y contar historias emotivas. Su animación, caracterizada por dibujos hechos a mano, requiere un equipo numeroso para garantizar la altísima calidad de sus películas. Por ejemplo, en la producción de El Viaje de Chihiro (2001), alrededor de 70 animadores trabajaron durante aproximadamente un año y medio, reflejando el compromiso del estudio con la meticulosidad y la animación tradicional.
En el documental 10 Years with Hayao Miyazaki, emitido por la NHK en 2020, el director destacó la importancia de la narrativa en sus obras: “Ya no estoy interesado en aperturas de historias convencionales. Las películas fáciles de entender son aburridas. Las narrativas lógicas sacrifican creatividad. Me gusta romper lo convencional. Los niños lo entienden, ellos no operan bajo la lógica”.
Más allá del tiempo, el esfuerzo y la riqueza narrativa que implica la creación artística, el avance de la inteligencia artificial también preocupa a los creadores tradicionales que dependen de su arte como sustento.
Otro episodio que generó preocupación ocurrió el 27 de marzo, cuando la Casa Blanca publicó en X una imagen inspirada en Studio Ghibli para ilustrar el caso de Virginia Basora González, una dominicana arrestada el 12 de marzo en Filadelfia con fines de deportación. La imagen, descrita como la de una “delincuente extranjera”, desató críticas por parte de los usuarios y reavivó el debate sobre el uso del arte y la responsabilidad en su apropiación. La ilustración fue percibida como una caricaturización inadecuada de una situación humana grave.
En una entrevista para Los Angeles Times, la reconocida artista conceptual Karla Ortiz expresó su rechazo ante la decisión de la Casa Blanca de sumarse a esta tendencia: “Ver algo tan brillante, tan maravilloso como el trabajo de Miyazaki ser destrozado para generar algo tan vil”, dijo en referencia a la ilustración de Virginia Basora.
Actualmente, no hay información pública que indique que OpenAI esté compensando a Studio Ghibli por la generación de imágenes en su estilo característico mediante ChatGPT. Esta situación ha avivado el debate sobre derechos de autor y propiedad intelectual en la comunidad artística y legal. Además, el estudio ha manifestado su intención de emprender acciones legales.
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Por último, este caso también pone sobre la mesa una discusión sobre sostenibilidad. La generación de imágenes mediante inteligencia artificial tiene un costo ambiental significativo. Según Infobae, crear una imagen con IA puede requerir hasta 3,45 litros de agua, principalmente para refrigerar los servidores. Con millones de personas participando en la tendencia tras la actualización de ChatGPT, el impacto ambiental ha sido considerable.
Este avance tecnológico, que avanza a gran velocidad y parece imparable, plantea dilemas éticos, legales y ambientales que deben ser abordados. Es necesario establecer reglas que protejan tanto la labor creativa como el bienestar del planeta.
🇺🇸Virginia Basora-Gonzalez, a previously deported alien felon convicted of fentanyl trafficking, was arrested by @ICEgov in Philadelphia after illegally reentering the U.S. She wept when taken into custody (picture attached).