Colombia
La expareja de Beéle quiere romper su silencio en redes sociales sobre el audio viral que expuso detalles íntimos sin su consentimiento.
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Por: Erika Mesa Díaz
Creativa Digital
Isabella Ladera rompió el silencio este 31 de julio a través de sus historias de Instagram, donde abordó la polémica llamada que mantuvo con Valentino Lázaro, que fue grabada y posteriormente publicada en redes sociales. La modelo venezolana expresó su necesidad de hablar del tema para sentirse más tranquila, aunque dejó en claro que sus intenciones fueron malinterpretadas.
En su primera historia, Isabella publicó un mensaje críptico con un fondo de gatos y patitos: "yo tengo que hablar de esa llamada para poder estar más tranquila aún". Este post generó inmediata reacción entre sus seguidores.
A través de sus mensajes de Instagram, una usuaria le respondió: "querías hacer algo bien, pero confiaste en quien no debías solo por usar un intermediario", además de aconsejarle no confiar en personas chismosas. Isabella replicó con escepticismo: "mis intenciones eran claras, ¿pero será que ellos son iguales y ya?".
El tono de sus historias mostró frustración ante la manipulación mediática del caso. Aunque no entró en detalles específicos sobre el contenido de la llamada, dejó claro que su objetivo nunca fue dañar a terceros, sino buscar claridad en una situación que la afectaba personalmente.
La llamada entre Isabella y Valentino contenía explosivas revelaciones sobre Beéle, que incluían discusiones sobre su sexualidad e infidelidades. Valentino admitió haber coordinado la conversación con Cara Rodríguez para generar contenido viral, cruzando según sus propias palabras "límites morales".
Isabella habría caído en la trampa de proporcionar información personal que luego fue usada en su contra. En un momento particularmente polémico, se escuchó a la modelo decir que quería "darle [a Beéle] donde más le duele", frase que fue sacada de contexto según sus seguidores más leales.
La divulgación no autorizada del audio generó cuestionamientos éticos hacia Valentino Lázaro, creador de contenido que se mantendría vigente a costillas de los escándalos públicos de terceros. Isabella no ha demandado legalmente por la filtración, pero sus recientes publicaciones sugieren que está reconsiderando su manejo de relaciones públicas y su círculo cercano tras esta experiencia.
El caso evidencia los peligros de las conversaciones privadas en la era del entretenimiento digital. Mientras Isabella busca cerrar este capítulo, la polémica sigue generando debate sobre responsabilidad digital y los límites del periodismo de farándula.