
Colombia
El show “Made in Medellín – Ciudad Primavera” llegó a Bogotá con un despliegue inolvidable que reunió a más de 15 íconos del reguetón, una estrella del pop mundial y miles de voces cantando al unísono.
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Por: Equipo de Redacción
Redacción Digital

Bogotá fue testigo de una de las noches más ambiciosas y memorables de la música urbana en Colombia. J Balvin regresó a la capital con su espectáculo “Made in Medellín – Ciudad Primavera”, un concierto diseñado especialmente para el público bogotano y que transformó el estadio El Campín en una celebración sin pausas.
Desde las 3:00 de la tarde, cuando se abrieron las puertas del estadio, la expectativa se sentía en el ambiente. Cerca de 40.000 personas ocuparon las graderías y la cancha para reencontrarse con el artista paisa, luego de su histórico concierto en Medellín, que había elevado las expectativas a nivel nacional.
El show se extendió por más de cinco horas y media, llevando al público desde la tarde hasta el amanecer, en una experiencia que mezcló reguetón, pop, nostalgia y sorpresas inesperadas.
Aunque el nombre del tour remite a Medellín, lo ocurrido en Bogotá tuvo una identidad propia. J Balvin dejó claro que este era un espectáculo pensado para la ciudad, con invitados cercanos a su historia musical y referencias que conectaron directamente con el público rolo.
La apertura estuvo a cargo de Blindaje 10, quienes marcaron el inicio de una jornada extensa. Minutos después, el estadio explotó en aplausos con la aparición de Jorge Barón, quien subió a la tarima para dar la tradicional patadita de la buena suerte, un gesto cargado de nostalgia que conectó generaciones.
El escenario se convirtió en un punto de encuentro para distintas etapas del género urbano. Jiggy Drama, Reykon, Jory Boy, Nio García, Zion y De La Ghetto fueron algunos de los artistas que se sumaron al espectáculo, cada uno con canciones que el público coreó sin descanso.
La energía aumentó cuando Justin Quiles y Lenny Tavárez compartieron tarima con Balvin. En uno de los momentos más comentados de la noche, subieron a una fan al escenario 360 para bailar la canción “Toda”, generando una conexión directa con el público.
A la lista se sumaron Cosculluela y Arcángel, quien interpretó “Pa’ que la pases bien” y aportó uno de los momentos más intensos del concierto.
Entre luces, pantallas y beats urbanos, llegó una de las sorpresas más inesperadas. Ed Sheeran apareció en el escenario con su guitarra para interpretar “Perfect”, logrando un silencio inicial que rápidamente se convirtió en un coro multitudinario.
El cantautor británico, visto horas antes ingresando al estadio, protagonizó uno de los momentos más emotivos de la noche y demostró que el show también tenía espacio para lo romántico.
La cercanía con el público se reforzó con la aparición de Valentina Ferrer y Río, esposa e hijo del artista, quienes subieron a la tarima sin previo aviso. El abrazo familiar desató gritos, aplausos y uno de los momentos más tiernos del concierto.
La fiesta volvió a subir de nivel con la llegada de Nicky Jam, quien interpretó junto a J Balvin el éxito “X”, lanzado en 2019. El Campín completo bailó al ritmo del tema.
Al finalizar su presentación, Balvin anunció que Nicky Jam regresará al estadio El Campín en 2026, una noticia que fue recibida con euforia por los asistentes.
Durante la interpretación de la canción “AM”, J Balvin sufrió un tropiezo mientras subía unas escaleras y cayó brevemente al piso. El incidente no pasó a mayores. El artista se levantó de inmediato y continuó cantando, ganándose una ovación aún más fuerte.
A lo largo de la noche circularon rumores sobre la posible presencia de Snoop Dogg, quien habría estado en el estadio, pero no subió al escenario. Aunque nunca se confirmó, el comentario alimentó la conversación entre los asistentes y en redes sociales.
Cerca del amanecer, J Balvin se despidió del público agradeciendo a Bogotá y a todos los artistas que hicieron parte del espectáculo. Antes de dejar el escenario, anunció que en 2026 realizará una gira por Colombia, dejando claro que la conexión con su público sigue más viva que nunca.
El estadio El Campín quedó en silencio horas después, pero la sensación fue clara: Bogotá vivió una noche que ya se inscribe entre los conciertos más importantes del año.