Colombia
La organización animalista ha denunciado nuevamente el uso de animales vivos en los conciertos del puertorriqueño. El artista no se ha pronunciado al respecto.
Publicado:
Por: Erika Mesa Díaz
Creativa Digital
La organización defensora de los derechos de los animales, Peta, dirigió una fuerte crítica al artista puertorriqueño Bad Bunny por incluir gallinas vivas en la puesta en escena de su residencia No me quiero ir de aquí. El concierto, que se lleva a cabo en el Choliseo de Puerto Rico desde el 11 de julio hasta el 14 de septiembre, ha generado polémica por el uso de animales como parte del espectáculo.
Peta calificó el uso de gallinas en el escenario como "maltrato animal" y publicó un mensaje en redes sociales en el que cuestionó la normalización de esta práctica. La organización destacó que los animales están expuestos a un entorno estresante, con luces brillantes, música alta y vibraciones intensas, lo que afecta su bienestar.
Esta no es la primera vez que Peta señala a Bad Bunny por el uso de animales en sus shows. En 2024, el artista recibió críticas por incluir un caballo en su Most Wanted Tour, un acto que también calificaron como innecesario y perjudicial para el animal.
La residencia No me quiero ir de aquí consta de 30 conciertos y ha sido un éxito comercial, con entradas agotadas y un impacto económico estimado en $200 millones para Puerto Rico. El escenario recrea paisajes rurales y casas tradicionales, integrando elementos culturales que reflejan la identidad boricua.
Bad Bunny priorizó a los residentes locales en la venta de boletos, reforzando su conexión con la cultura puertorriqueña. Sin embargo, la inclusión de animales vivos ha opacado parcialmente el enfoque artístico del espectáculo, además de dar paso al debate sobre los límites del entretenimiento.
Mientras Bad Bunny consolida su legado con una residencia histórica, la controversia por el uso de animales vivos sigue sin respuesta por parte del artista. Peta insiste en que los espectáculos deben promover la compasión en lugar de explotar a los animales, un llamado que ha resonado entre sus seguidores y críticos por igual.