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Concierto de Shakira en Bogotá: momentos de la primera noche en la ciudad que "abrió su intelecto"
Pese a la lluvia y a algunas fallas técnicas, los bogotanos salieron satisfechos de la primera presentación de la "Loba" en la capital colombiana desde 2018.
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Bogotá vibró con la primera de dos presentaciones de Shakira en el Estadio Nemesio Camacho El Campín, dentro de su "Las mujeres ya no lloran World Tour", que tuvo lugar el miércoles 26 de enero. Desde la primera nota, la estrella barranquillera demostró por qué sigue siendo la más grande de la música latina y espera hacer lo mismo en la noche del 27 de febrero.
La previa
El escenario se fue llenando con pelucas moradas como en el video "Las de la intuición", mujeres y hombres con la coronita festiva de "Soltera", personas con camisetas curiosas (como una con un montaje de Shakira y Diomedes), pañuelos de danza árabe y gente con camisetas originales y "chiviadas". Hasta apareció un hincha del Atlético Bucaramanga. Todos esperaron pacientemente hasta las 10:10 de la noche, hora en que la artista hizo su aparición en el escenario.
La caminata con la loba
Un grupo de fans afortunados fue seleccionado para caminar a través de la pasarela junto con Shakira, antes de que ella se subiera a la tarima. Vestida en su sudadera plateada brillante Versace, cantó "La fuerte", la segunda canción de su nuevo disco, grabada en colaboración con el argentino Bizarrap, cocreador también de la sesión 53.
El saludo
Shakira cambió al vestido rosado de Versace para cantar "Girl like me", su colaboración con Black Eyed Peas, en la que celebra la belleza y poder de las mujeres de Latinoamérica. Sorprendió que, para este segmento, no saliera con el vestido dorado Etro con borlas que ha usado en las otras presentaciones.
Luego cantó "Las de la intuición", tema icónico del álbum "Fijación Oral 1", para el disfrute de las miles de personas que llevaron sus pelucas moradas al show. También interpretó la versión de "Estoy aquí" que elaboró con el músico brasileño Papatinho, que le da un toque urbano a una balada pop noventera del álbum "Pies descalzos".
Sobre este disco, ella admitió al público que fue producido en esta ciudad, en la que "abrió su intelecto" y empezó a realizar sus sueños.
El vestido rockero
Shakira se cambió a un vestido blanco con apliques de Lindsey James Blanco, a juego con una guitarra del mismo color, para cantar "Empire", una canción de amor que compuso para su disco homónimo, lanzado en 2014, en los mejores años de su relación con Gerard Piqué, cuando el pequeño Milan tenía apenas un año. En el mismo vestido, con su guitarra, cantó "Inevitable", su balada más memorable del disco "Dónde están los ladrones".
El hombre robot
Antes de cantar "Te felicito", la colaboración con Rauw Alejandro que anunció públicamente el fin de su relación con su expareja, Shakira cambió a otro vestido rosado y jugó en el escenario con una especie de hombre-robot que parece hecho a su medida, pero luego deja de funcionar y "desconcierta" a la cantante. En un mundo de fantasía rosado, con minibar y hasta lecho matrimonial, Shakira hizo una demostración sensual de su descontento.
Las mujeres triple M
A continuación, interpretó "TQG", la exitosa canción de Karol G en la que ella aportó su voz icónica y baile característico. En este punto, la cantante mencionó que las decepciones amorosas hacen a las mujeres más fuertes y aprovechó para referirse a la paisa como una amiga suya, que dice que las tusas "nos ponen triple M".
"Don't bother"
Shakira tomó una guitarra eléctrica cubierta de cristales rosados, a juego con su lujoso vestido, para interpretar "Don't Bother", una canción de "Oral Fixation 2" sobre celos, infidelidad y renuncia. Se sabe que ella ha cambiado la letra de esta canción, para referirse a lo vivido con su expareja y Clara Chía, la mujer con quien este la traicionó.
A diferencia del resto de presentaciones de la gira, en las que Shakira mencionó que se había mudado por él a "un país socialista" —un cambio de letra altamente criticado, dados los problemas de impuestos que enfrentó en España, un estado de bienestar—, dijo que se había mudado a "otro país".
La loba y sus cachorros
En este punto, se presentó una animación de una loba rosada que protegía a sus cachorros de la lluvia y el frío, pese a que ella misma tenía una pata herida. Este fue el preámbulo para Acróstico, la canción en la que participan sus dos hijos, Milan y Sasha Piqué. Los videos con sus caras y voces salieron en las pantallas, mientras ella vestía un vestido azulado de Gaurav Gupta.
La copa vacía
Una proyección en la pantalla del fondo y en la tarima elevada del Estadio El Campín mostraba una animación de Shakira como una sirena atrapada en un acuario, que finalmente reposa aburrida en una roca por la indiferencia de su amado. Este fue el preámbulo de "Copa vacía", una colaboración urbana con Manuel Turizo. El protagonista fue el vestido marrón diseñado por Natalia Fedner, que daba la ilusión de recién salida del naufragio.
La bicicleta
En el mismo vestido de ambiente playero, Shakira cantó "La bicicleta", su colaboración de 2017 con el samario Carlos Vives, que rompió una larga cadena de rumores sobre por qué ambos nunca habían colaborado. Aquí también llamó la atención otro cambio de letra: el disco "El Dorado" también fue grabado durante la relación entre Shakira y Piqué, por lo que en la letra se refería a él como "mi Piqué". En estas presentaciones, se refiere a él, como "ese tipo".
Este segmento continuó con "La Tortura", su primera creación urbana con el español Alejandro Sanz, y terminó con "Hips don't lie", el éxito que acabó de consolidar su fama mundial por resaltar sus raíces barranquilleras.
Camerino abierto
Gracias a la magia de las cámaras, la cantante llevó a los más de 40.000 asistentes al Campín a su camerino, para que vieran con sus propios ojos cómo ella y sus asistentes trabajan en su cambio de vestuario. En cuestión de segundos, mientras cantaba los primeros versos de "Chantaje", su éxito con Maluma, la cantante abandonó el vestido de Fedner para entrar en otro Versace dorado.
Una vez lista, salió para deleitar al público con sus pasos de salsa y hasta les pidió tocar la clave con las palmas. De la salsa pasó a la bachata, con "Monotonía", su canción con Ozuna; y al merengue, con "Addicted to you" y "Loca".
Finalmente, apareció una enorme S con una barra de pole y la cantante cerró el segmento de ritmos latinos con su éxito más reciente, el afrobeat "Soltera".
La nueva antigua Shakira
Ahora con el vestido dorado de Etro, la cantante cantó "Cómo, dónde y cuándo", una balada pop-rock de su nuevo disco en el que les ofrecía a sus fans de vieja data lo que pidieron: escuchar a la Shakira rockera de la que se enamoraron.
La mujer que llora diamantes
Después de una animación en la que se ve cómo Shakira derrama una lágrima que se hace diamantes, ella apareció en el escenario con un vestido de Zuhair Murad, cubierto de brillantes, y encima de la que pareciera ser una pila de más piedras brillantes.
Dando a entender que está "vestida" con sus propias lágrimas, interpretó "Última", una de las canciones de su nuevo álbum, en la que se le vio profundamente conmovida.
La danza árabe
En un vestido rojo de Anamika Khanna y un fondo rojo picante, Shakira mostró que a sus 48 años mantiene intacta su habilidad para bailar con el vientre y hacer espectáculo con sus raíces libanesas. Con una coreografía similar a la que presentó durante los Grammy, la cantante presentó una versión moderna de "Ojos así" con beats urbanos.
El momento de la nostalgia
Se proyectó en el escenario una serie de videos de Shakira en su juventud, cuando tenía el cabello negro y apenas aspiraba a ganarse el respeto de la industria musical y soñaba con cambiar el mundo. En esa introducción, la cantante aseguró que parte de su proceso de recuperación ha estado a cargo de la Shakira pelinegra.
A continuación cantó "Pies descalzos, sueños blancos", éxito de su álbum de 1996, vestida en un enterizo rojo con transparencias de Caroline Reznick y Primal Stuff.
Después, la cantante agradeció a sus fans por ser su soporte cuando más lo necesitaba y les mencionó que la balada "Antología", de "Pies descalzos", fue la canción más votada en la encuesta que hizo antes del tour. En medio de la pasarela, con sus músicos y rodeados de los fans con sus manillas de luces, interpretó una de las canciones más icónicas de la música colombiana.
Para hacer más poético el asunto (o más incómodo para los hombres heterosexuales que acompañaban a sus hijas o esposas, si se quiere), durante esta canción empezó a caer una lluvia ligera sobre el Campín.
La cantante siguió este segmento con "Poem to a horse", una canción de su álbum "Laundry service" que también fue muy solicitada.
Shakira escuchó a sus fans
Una queja frecuente de quienes habían asistido a los shows de Brasil, Perú y Barranquilla era que Shakira estaba interpretando la versión en inglés de "Te aviso, te anuncio" (llamada "Objection"), en lugar de la versión en español más conocida por los locales. En Bogotá, y salvo por el puente, la cantante interpretó la versión en español de este éxito y cerró este segmento.
Baile con cuchillos
A continuación, Shakira apareció con un vestido marrón, diseñado por Jawara Alleyne, con cuerdas incorporadas para realzar su intrigante danza árabe con cuchillos en el escenario, que al inicio de esta era suya fue percibido por algunos como un ritual de castigo contra su exesposo. Esta fue la antesala de "Suerte", quizás la canción más popular del primer disco de Shakira rubia.
Waka Waka
Una de las canciones universales de Shakira, que también fue himno del Mundial de Fútbol 2010, fue interpretada por ella con otro vestido de Jawara Alleyne. Aunque también tenía borlas que resaltaban sus elegantes movimientos, a diferencia del marrón, este estaba hecho todo con colores vivos, igual que los de sus bailarines. Todos se formaron en fila en toda la pantalla y dibujaron un enorme bloque de danza de oriente a occidente del estadio.
Mandamientos desobedecidos
Una enorme loba rosada empezó a inflarse sobre el escenario. Cuando ya estuvo lista en toda su gloria, empezaron a proyectarse los diez mandamientos de las lobas en español (claramente, todos vitorearon el noveno mandamiento).
Esta fue la antesala para que Shakira se presentara con Loba. Su enterizo fue diseñado por Dario Mittmann y las cámaras fotográficas aún no consiguen hacerle justicia: con las luces y bajo el ojo humano, no se ve como una malla de tatuajes, sino como un enterizo cubierto de brillantes.
Este segmento, uno de los más importantes de la noche, tuvo un lunar: posiblemente debido a la lluvia, uno de los micrófonos empezó a funcionar intermitentemente. Ella, con todo el profesionalismo, siguió bailando su coreografía mientras señalaba a cámara que el aparato no estaba funcionando. Aunque sí lo pudo cambiar, la intermitencia continuó por ratos.
Final explosivo
El cierre del setlist fue, por supuesto, la sesión 53 de Bizarrap, la canción cuyo verso icónico le dio nombre a la gira: Las mujeres ya no lloran. Incluso con los problemas de sonido (que la desconcentraron un poco de la escena), la cantante bajó nuevamente a la pasarela a saludar a los fans que estaban en las barreras de la zona VIP, esperándola para saludarla o estrechar su mano. Uno de ellos fue Carlos Consuegra, quien mencionó que atesorará este momento por el resto de su vida (aunque repetirá fecha este jueves).
Al final, empezaron a llover billetes de cien "shakidólares", a manera de confeti, que muchos de los asistentes recogieron para llevarse un recuerdo de esta gran presentación.
El regreso a casa
Las opciones ofrecidas por el distrito para enviar a las personas a sus destinos fueron abundantes, con algunos peros. La estación Movistar Arena no suele recibir grandes volúmenes de gente (ya que, al final de los eventos, el sistema suele haber cerrado operaciones), de modo que quienes se dirigían al norte, al sur y a las Américas causaron embotellamietos de gente de aproximadamente 40 minutos.
De todos modos, esperar por abordar las rutas especiales seguía siendo más económico y menos engorroso que abordar un carro o pedir un taxi.
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