Colombia
The Prodigiez se sinceró sobre los secretos del reggaetón, su trabajo con grandes artistas y su opinión sobre Arcángel
Publicado:
Por: Jennifer Paola Ramírez Cante
Creativa Digital
En una nueva entrega de Aquí nadie responde, la cabina de Mix Radio se llenó de flow con la visita de The Prodigiez, el dúo de productores que lleva más de una década marcando el ritmo del género urbano. Formado por Young Crunky y Jhonatan Cortes, estos productores no solo están detrás de los beats que suenan fuerte en TikTok, sino que también han colaborado con gigantes como Maluma, Blessd, Nicky Jam y más recientemente, con exponentes del afrobeat como Zaider.
Desde su encuentro en 2012, la química musical entre Crunky y Cortes ha sido imparable. “Crunky ya trabajaba con Maluma cuando lo conocí. Luego nos conectamos por un colega y comenzamos a hacer música sin parar”, contó Jhonatan, recordando cómo empezó una de las duplas más creativas del país.
Uno de los momentos clave en su carrera llegó con Nicky Jam. En una época donde el trap apenas emergía, ellos ya estaban un paso adelante. "Mostramos nuestro trabajo y le gustó. Nicky quería experimentar con sonidos nuevos, y nosotros teníamos justo eso", compartieron. El resultado: una colaboración en el álbum ‘Fénix’, nominado a los Grammy, que consolidó su lugar en la industria.
Pero lo que realmente distingue a The Prodigiez es su versatilidad. Desde reggaetón hasta afrobeat, pasando por la música popular y el vallenato, estos productores no conocen fronteras sonoras. “No somos productores de un solo género. Somos productores de música y nos encanta explorar, disfrutar el proceso y trabajar con gente talentosa”, explican.
Uno de sus últimos éxitos fue con Blessd, en el tema ‘Ziploc’. La canción empezó con una versión inicial de Pirlo, y luego Blessd se sumó para llevarla a otro nivel. "Blessd llegó con esa canción y dijo: quiero llevar esto a otro nivel. Y eso hicimos", recordó Crunky. La pista se convirtió en un hit, especialmente en Cali, donde su mezcla de flow local y producción futurista rompió esquemas.
El proceso creativo para ellos siempre parte de la conexión con el artista. Desde conversaciones casuales hasta tarareos espontáneos, todo se convierte en material de producción. "Primero generamos confianza. Qué música le gusta al artista, de qué quiere hablar… de ahí nace todo", explican.
La fórmula perfecta es productor, compositor, artista. Si eso está alineado, el resultado es brutal.
También reflexionaron sobre los desafíos actuales de los artistas emergentes, especialmente en ciudades como Bogotá. Para The Prodigiez, el error más común es querer acelerar el proceso.
"Muchos quieren vivir el éxito antes de tiempo. Saltarse del 1 al 9 sin pasar por el 2. Pero esta es una carrera de constancia y autenticidad", dice Jhonatan. Crunky añade: "Por buscar la viralidad, se olvidan de hacer buenas canciones, no imprimen sus emociones, su autenticidad en la canción, que es eso, lo que hace a un artista grande".
Frente a la discusión sobre el valor musical del reggaetón, The Prodigiez respondieron a la crítica de Arcángel, quien había señalado que el reggaetón es uno de los géneros más musicalmente pobres. "Creo que lo dijo porque no es productor", comentaron.
"Lo respeto mucho, y tuvimos la oportunidad de trabajar con él en su último álbum. Pero pienso que los productores son los que guían el proceso para convertir lo simple en un éxito", agregaron.
The Prodigiez dejaron entrever que están trabajando en algo interesante con Ryan Castro. Según ellos, su enfoque siempre ha sido diverso, ya que no se limitan a un solo género. Aunque han explorado desde música popular hasta afrobeat, ahora parece que están incursionando en el vallenato, algo que podrían estar preparando con Ryan Castro.
The Prodigiez no solo siguen innovando, también están nominados como Productores del Año en los Premios Nuestra Tierra. Además, su fin de semana en Bogotá viene cargado de presentaciones en vivo: el jueves en Cacao Blunt y el viernes en Sonora Social Club, donde prometen una fiesta llena de dancehall y afrobeat.